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miércoles, 7 de marzo de 2012

Cambia de banco.

Me doy cuenta que he explicado las bondades de ciertos bancos, pero no he explicado cómo realizar el proceso. Para quien no lo ha hecho nunca o para el que nunca ha traspasado dinero a otra entidad puede parecer complicado.

Pues para nada. Es sencillito. Te vas al nuevo banco, le firmas un par de papelitos, le das tu DNI y listo.

Por hoy se acabo el artículo.

Creo que me dejo algo.

Si, ya se, las cosas no son tan sencillas. Si aceptamos la oferta que nos haga otro banco pues sí, es tan sencillo como ir y firmar. Punto, nada más. No  nos podemos detener ahí. Hay que mirar más allá. He explicado en otros artículos  que tenemos que vigilar que nos vende el comercial. Voy analizar los problemas que nos encontraremos al cambiar de banco.

Cuando cambiamos de banco normalmente lo hacemos por unas condiciones mejores. Pero es muy difícil que un solo banco reúna todas las ventajas que nosotros necesitamos. Eso es la panacea. Normalmente no ocurre.
Un clásico es la entidad que no nos cobra nada de comisión por nada, ni tarjeta de crédito ni cuentas ni nada de nada. Y sus depósitos no están mal. Encima tiene unos fondos de inversión decentes. ¿Problema? Es una entidad poco extendida en nuestra zona. Bueno da igual.
Ahora vienen los problemas.
Queremos sacar dinero de un cajero y nos encontramos con pocos cajeros, y cuando queremos ir a otro de otra sucursal nos cobran comisiones enormes ¿¿¿¿Qué???? No habíamos pensado en eso. Bueno para la próxima ya lo sé. Voy a mi cajero (el único en toda la ciudad), e intento ingresar dinero. Toma, otro fiasco, no deja ingresar dinero, ni en efectivo ni en sobre. Para jodernos la vida un poco mas descubrimos que precisamente esta oficina tiene unos horarios diferentes a todas las demás y no podemos ir ni por asomo (esto puede pasar). Pasado un año nos encontramos con una comisión por la tarjeta. ¿¿Cómo??? Si, amablemente el señor comercial te explica que cuando firmaste ya indicaron que solo era gratis el primer año. Si, recuerdas que eran 10€, pero que a ti te han pasado 25€. Muy amablemente te explican que las comisiones han subido. Se te queda cara de poker y un cabreo creciente.
Puedes conseguir que te devuelvan el dinero y marcharte a otro, pero no sin molestias.

Esta historia puede pasarle a cualquiera.

Mi experiencia en batallas con bancos me ha enseñado que cada uno tiene una cosa buena, y que no puedes quedarte solo con uno.

Lo mejor es limitarse al producto que nos llama la atención del nuevo banco e ir probando poco a poco como funciona. Nos iremos vinculando a él según veamos que nos es más útil para unas cosas que para otras.  Puede que por comisiones deseemos desprendernos rápidamente del anterior, pero merece la pena hacerlo poco a poco.

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